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Silicon Free
Primer Festival de Postdanza de Costa Rica
Publicado en la Revista Susy-Q. Núm. Nov-Dic. 2008
Silicon Free
Nació el pasado verano en San José de Costa Rica, Nosilicona Acústico, un festival-certamen de nueva danza que intenta renovar la información de danza y estimular la vanguardia entre profesionales y público en la ciudad. Lo dirige Jimmy Ortiz, certero creador y promotor de la danza tica.
Por Omar Khan
Dice Jimmy Ortiz que quiso ponerle el nombre de `Nosilicona Acústico´ porque le apetecía que la primera edición de su festival-certamen estuviera como esas chicas bellas que nunca se han intervenido ni operado y van por la vida siendo auténticas y libres de artificios. En lo referente a lo acústico, porque después de una primera experiencia piloto en la calles de San José de Costa Rica ahora lo metía dentro de un teatro. El esfuerzo no fue pequeño y los resultados tampoco. Su primer festival de postdanza, como lo subtituló, fue, sin equívocos, el gran evento de danza de la capital costarricense durante los cuatro últimos días del pasado agosto. No solamente fue una oportunidad única para seis jóvenes y arriesgados coreógrafos locales con sus equipos de bailarines, escenógrafos y técnicos, sino también una atractiva y sorprendente convocatoria para un público numeroso, entusiasta y ávido de novedades que agotó las localidades del pequeño Teatro de La Aduana, de San José, espacio que ya el segundo día se había quedado pequeño y tuvo que dejar fuera a más de un centenar de personas que, bajo la copiosa lluvia de esos días, buscaba con desespero una localidad.
Jimmy Ortiz es el hombre clave del impulso de la danza en Costa Rica. Coreógrafo, gestor cultural, profesor, inventor y, por encima de todo, un incondicional amante de la danza, se multiplica para dirigir el Taller Nacional de Danza Conservatorio El Barco, de Costa Rica, donde imparten clases, lidera la productora 8 Reales, Profesionales de la Escena, dirige desde hace exactamente 20 años su propia compañía 4Pelos/Losdenmedium, con la que acaba de estrenar Kyón, obra irónica que mira con cierto desdén y cinismo a la sociedad contemporánea, y no para de inventar mecanismos para darle a San José la danza nueva, distinta y en sintonía con los tiempos que él cree se merece. Quizá por aquí, en Europa, con sus ayudas gubernamentales, su tradición de danza, su cúmulo de información, sus infraestructuras y su logística, Nosilicona sería un evento loable, incluso trascendente, pero en Costa Rica es como un milagro, es el producto de un esfuerzo titánico y la consecuencia de una voluntad de hierro totalmente comprometida con la danza. Los vientos por allí no soplan tan favorables, las ayudas son escasas, la información de los artistas deficiente y la del público casi nula. Pero hay ganas de romper con eso. Se respira en el ambiente.
El catedrático Bernal Herrera, Humberto Canesa, director de la Compañía Nacional de Danza, y el diligente bailarín y mano derecha de Jimmy Ortiz, Diego Álvarez, por Nosilicona, fueron la contraparte nacional de un jurado internacional que se completó con las opiniones de Marcela Aguilar, pionera bailarina y coreógrafa tica residenciada en México; la coreógrafa azteca Gabriela Medina, directora de su propio colectivo; La Manga, y Alexis Eupierre, fundador de La Caldera, centro de ebullición coreográfica de Barcelona, quien en auténtico gesto de generosidad decidió, allí mismo, otorgar un goloso premio que consiste en una residencia en su centro catalán. Juntos, acordaron coronar la pieza Losde cuadrado, del joven talento en ascenso José Andrés Álvarez, sin duda el trabajo más arriesgado y coherente de la selección. Se decantaron para el segundo lugar por la creación de Andrea Catania, Da Capo, una sátira de mafiosos tarantinescos en deuda con Pina Bausch, muy bien construida pero bastante convencional para un certamen posmoderno, y cedieron el tercero a Fight, un trabajo ruidoso y efectista del joven creador Mario Blanco. Finalmente, Allan Cascante, un creador de ideas radicales como demostró su pieza Ciudad Posta, se hizo con la residencia en La Caldera.
Más allá de juzgar individualmente trabajos, ir con lupa buscando defectos en las piezas -que los tenían-, o declarar como el rey de la fiesta al ganador de los nada desdeñables 5.000 dólares, el protagonista más relevante es Nosilicona Acústico en sí mismo. Tiene el valor del riesgo y la deferencia de pensar primero en el artista, en tanto que no interpone barreras creativas y estimula la creatividad, pero se preocupa también de su audiencia. Procura informarla, educarla y ganarla a la causa. Ha sido un primer paso importante. Les queda bastante por construir pero tienen más ganas que recursos y, a veces, eso es más poderoso. Pura vida, dirían ellos mismos.