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Pasos en un salón a oscuras
Publicado por Roger Salas en El País, 23 de diciembre de 2013
- La danza y el ballet no han vivido en 2013 un año feliz, sino al contrario
- En medio de recortes e incertidumbre, algunos montajes destacan por su calidad particular
El año se remata con cábalas y quimeras, con promesas inciertas de circuitos y cambios en los sistemas de ayuda pública a una actividad de las artes escénicas que ha ido menguando de ejercicio en ejercicio y sin respiro. La verdad cruda y dura es que, tal como reflejan las estadísticas (ahí está el demoledor informe de la SGAE que sitúa a la danza al borde del colapso) muchas compañías han cerrado y la bolsa de bailarines disponibles es enorme, un dramático deambular que afecta ya a un tercio del gremio. Las mismas preguntas que se hicieron al final de 2012 siguen teniendo vigencia y acaso se ven reforzadas por el panorama que se palpa entre el público y la profesión, entre la oferta y sus resultados. Algunas de las repetidas reivindicaciones básicas del asociacionismo de los bailarines, maestros y coreógrafos españoles, la dura realidad las ha ido descartando del pliego; ese “tirar la toalla” tiene un fondo trágico que tendrá en lo artístico y en la práctica, consecuencias graves para la danza y el ballet españoles . Es evidente la falta de criterios profesionales de programación en la especialidad tanto como una atención de mínimos a los diferentes estilos, desde el ballet académico a las tan necesarias producciones de segmento familiar. Se ha implantado ya en 2013 como norma de compensación económica el corsé de “ir a taquilla”, ya sea en espacios públicos o privados. Este condicionante, muchas veces en sí mismo inmoral, degrada al artista y le acogota cuando no le hace desertar. Los gestores, con la sartén por el mango, se ufanan en replicar al que debe sudar sobre el escenario: “esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas; hay varios esperando ahí fuera a que digas que no”. En algunas ciudades, las salas alternativas han tomado la iniciativa una vez más proponiendo ciclos y fórmulas que sin ser redentoras, permiten un día a día digno, pero a la larga efímero. Estos argumentos son solamente una parte del drama y en ellos está la justificación real de que proliferen los solos o los dúos, las obras de cámara sin elementos adicionales de producción, lo que redunda en un empobrecimiento no buscado de la escena del teatro de danza, un tipo de arte de resistencia (y subsistencia) donde hay que rebuscar atentamente el talento y el hallazgo, pues, aunque parezca un lugar común, el bailarín y el coreógrafo saben y han salido crecerse en la dificultad.
Producción española:
“Titanium” / Ángel Rojas y Carlos Rodríguez (Madrid)
Rojas y Rodríguez han experimentado esta vez con la fusión con los ritmos urbanos del break-dance y el hip-hop, La producción posee una potente escenografía, una banda sonora original y la presencia de sus directores en escena.
“Perro” / Daniel Abreu (reposición) (Canarias-Madrid)
El re-estreno en la Sala Cuarta Pared de Madrid de una nueva versión del este solo de larga duración, pone de nuevo a Abreu a la cabeza de los bailarines-coreógrafos más activos y fructíferos del panorama nacional.
“Bolero” / Víctor Ullate / Ballet Ullate-Comunidad de Madrid
El coreógrafo aragonés ha madurado mucho tiempo esta versión personal de la pieza de Maurice Ravel, creándola directamente para su hijo Josué Ullate, que en 2013 ganó con ella el Premio Positano al bailarín revelación.
Espectáculos visitantes:
“Desh” / Akran Khan (Reino Unido)
El coreógrafo británico de origen bangladesí ha traído a los Teatros del Canal un potente solo con una lujosa e impactante producción escenográfica y musical. Emigración, viaje, raíces y sueños se suceden uen una obra tan solvente como poética.
“Coppélia” / Alicia Alonso / Ballet Nacional de Cuba (Cuba)
La gira española de 2013 del Ballet Nacional de Cuba paseó por toda la geografía peninsular este título, una joya del repertorio canónico en la reputada versión de Alonso, verdadera joya patrimonial que reúne la tradición franco-rusa a través del virtuosismo de la Escuela Cubana.
“A doll’s house” / Jo Kanamori /NOISM1 (Japón)
La primera visita a Occidente de este título ha sido un hallazgo de magia teatral y buena danza donde se concilian las tradiciones del teatro antiguo japonés con los gustos y medios contemporáneos hasta alcanzar un estilo globalizado y accesible.