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Entrevista a María Pagés

Publicada en la Revista `Por la Danza´, núm. 76
Entrevista a María Pagés


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Flamenco reivindicativo


María Pagés vive un momento profesional dulce. Reconocida y admirada, llega al Teatro de la Zarzuela de Madrid con Sevilla, su último espectáculo. En él se adentra en su lado más íntimo, sumergiéndose en sus raíces, en su ciudad natal y en las referencias que cada día le recuerdan quién es y qué hace aquí. Del 2 al 14 de octubre tendremos la oportunidad de ver su espectáculo más personal.



Por Anabel Poveda

Cuando siendo tan sólo una adolescente llegó a Madrid con su flamenco y sus sueños en la mochila, profesores y compañeros de profesión la llamaban Sevilla. El acento, sus maneras y costumbres eran tan sevillanas, que todo el mundo la identificaba con la ciudad que la vio nacer. Hoy, María Pagés vuelve a sus raíces, a su infancia, y bebe de la fuente que la convirtió en lo que es. Después del éxito cosechado en Sevilla, París, Tokio o Moscú, María Pagés viene al Teatro de la Zarzuela para presentarle su último trabajo al público madrileño.


P- María ¿da respeto presentar Sevilla en Madrid, aunque no sea un estreno?
R- Es lo último que hemos hecho y venir a Madrid es siempre como un estreno, es la primera vez que se ve y es, quizás, la obra de más envergadura que he hecho hasta ahora. Habla sobre mí, sobre mi ciudad y sobre la importancia de nuestros orígenes.

P- ¿Homenaje a tu ciudad?
R- Homenaje quizás no sea la palabra más apropiada, no sé si definiría una obra con una palabra, un espectáculo son muchas cosas, habla sobre lo que para mí representa mi ciudad y esas cosas a las que te aferras para encontrar el equilibrio. ¿Se puede interpretar como un homenaje? Puede ser. Es muy completa, con muchas lecturas diferentes, y según el espectador quiera adentrarse más o menos, así lo va a ver... Puede que tenga un punto crítico; no es nostálgica, pero puede llegar a parecerlo; tiene un punto intelectual; un punto irónico... es muy compleja, muy visual y espectacular, pero también muy profunda.

P- ¿Es tu trabajo más arriesgado?
R- Hay un trabajo complejo a nivel coreográfico, son 16 bailaores es escena, es la producción mayor que he hecho, y lo hice en un momento personal muy difícil... quizás fue un refugio para mí el hablar de mis cosas, de mi ciudad, me hacía falta.

P- ¿Fue una válvula de escape?
R- Para mí el baile es la única válvula de escape. Realmente es así.

P- A través del flamenco expresas tus estados de ánimo, tus reivindicaciones, tus deseos...
R- Sevilla era una necesidad más personal, quería rebuscar en mí, estaba perdida, desubicada, había perdido a mi compañero de 20 años, o lo estaba perdiendo en ese momento, porque el proceso ha sido largo y duro, y yo quería, necesitaba ubicarme, cuidarme, ver de dónde vengo, y además de una manera sin mucho rebuscamiento, es simple pero profunda, hay mucho trabajo y contenido. Yo creo que es la obra más espectacular que he hecho, hay un trabajo coreográfico enorme.

P- Esa emoción vendrá, en parte, de la mano de la música y la poesía que te arropan en este espectáculo.
R- Sí, yo siempre recurro mucho a la poesía en todas mis obras, es un recurso natural que me viene espontáneo y es inspirador, no me falla. En este caso había mucho material, la creación de la obra ha sido muy interesante porque he empezado a profundizar en poetas sevillanos que tenía ahí, pero a los que no había recurrido, como los poetas árabes, o poetas más románticos como Bécquer. He investigado y me ha enriquecido mucho, y aunque al final todo eso quede en una letra por Tientos, lleva mucho estudio previo. En ese sentido me ha llevado mucho trabajo, pero porque me entusiasmaba y profundizaba todavía más. Hay mucho que me he dejado en el tintero pero ahí está y va a ser un almacén de inspiración para siempre.


P- ¿Qué importancia le da María Pagés a su equipo?
R- Cuando haces una obra no sólo es baile, hay un recorrido y un proceso en el que yo me dejo la vida, y además apunto a lo más alto. En Sevilla hay miles de ideas y de detalles, y todas esas ideas, para llevarlas a cabo, necesitan de un proceso técnico en el que yo tengo que rodearme de gente que está capacitada, no sólo técnicamente, sino por su conexión y sintonía con lo que yo hago.

P- José María Sánchez, Christian Olivares, Dominique You, Ouka Leele...
R- El cartel de Sevilla es algo a lo que me he dedicado... ¡no veas! Quería una imagen inspirada en la época más bella y potente de Sevilla, los años 20-30 con apogeo creativo. Estuve dándole vueltas, buscando modelos, colorido, y pensé que la fotógrafa tenía que ser una mujer. Llamé a Ouka Leele, se lo conté y ha sido una experiencia increíble. También con Christian Olivares, que ha hecho la escenografía, él ha trabajado en todos mis montajes, excepto en Flamenco Republic, le llamé, y como conoce mi visión de Sevilla, salieron cosas increíbles, muy ricas, tanto que no podíamos ponerlo todo. Dominique You hizo el diseño de luces, tuve una idea que pensé que no iba a salir, pero nos pusimos y salió, es muy sencilla, casi infantil, tierna, pero visualmente una bomba. Y luego el trabajo con José... la creación le pilló en la fase terminal de su vida y fue una cosa muy fuerte, él no lo acabó de ver y todo el proceso de dirección y remate final lo tuve que hacer yo para el estreno, pero fue muy fuerte por el momento de él, por lo que le ayudó a vivir esa etapa estar metido en un trabajo creativo que nos emocionaba a todos.

P- Ellos, tan acostumbrados a trabajar contigo, reconocerán más que nadie el estilo “Pagés”. ¿Es algo buscado?
R- Yo lo que buscaba era la expresión más sincera de lo que yo soy y lo que quiero manifestar; lo que tú creas lo haces para los demás, hasta que la gente no se emociona con lo que haces no tiene el sentido universal del arte, lo que yo trato es de sacar lo que soy, y ser muy sincera, porque ahí es donde me reconozco; cuando hice Canciones antes de una guerra lo hice convencida, vivíamos en una situación que creo que nos afectaba a nivel social, y yo quería hacer algo que todo el mundo entendiera; cuando bailaba Imagine había una necesidad social de decir ¡Ya está bien, hay que hacer algo! Nos ve mucha gente al cabo del año y ese era el mensaje que yo quería compartir con el público en ese momento.

P- Flamenco reivindicativo y flamenco con humor...
R- Sí totalmente, la verdad es que al humor, al punto irónico cada vez le doy más importancia. Cuando llega una sonrisa cualquier problema empieza a arreglarse. Soy más permisiva sobre lo que las cosas son en la vida, depende de con qué punto se miren son de una manera o de otra; todo es muy relativo. El mirar las cosas con humor y buscar la sonrisa a veces ayuda enormemente a vivir. ¡Que estamos aquí pa dos días!

P- ¿Te queda algo de los maestros y las compañías por las que has pasado?
R- Pues mira yo soy muy observadora, muy curiosa, y de todos los maestros he sacado algo. Creo que lo más difícil en la vida es elegir bien, y yo creo que lo he hecho. Cuando era joven estudié con muchos maestros sevillanos, aunque en Sevilla estaba muy mal visto porque tu maestra era tu maestra, y eso se veía como una traición; ahora las cosas han cambiado y es todo mucho más abierto, todo lo que tú aprendas en la vida te va a servir. Con María Magdalena aprendí la técnica, a mí esa palabra me sonaba a chino, cuando llegué de Sevilla no estaba en mi vocabulario, y también hay que tenerla para bailar flamenco; y en Sevilla me enseñaron el respeto al maestro, el amor por el baile... Matilde Coral me enseñó ese temple, esa presencia... y la Compañía de Antonio Gades fue un referente que está ahí, un modelo, una inspiración.


P- Desde hace ocho años eres compañía residente en Torrelodones.
R- Somos compañía residente y vamos a prorrogar nuestro convenio. Es un proyecto en el que creo firmemente, que apoyo, defiendo y lucho porque vaya para adelante porque creo que es lo mejor que puede tener una compañía privada para garantizar su continuidad, su estabilidad y su mejor trabajo. Empujo porque sea modelo a nivel nacional porque funciona, lo puedo asegurar, necesita alimentarse con mucha dedicación, pero da resultados magníficos y esperanzadores para mantener una compañía privada que es duro, durísimo.

P- Madrid te ha acogido con los brazos abiertos pero hay un proyecto en mente que te lleva de vuelta a Sevilla.
R- Sí, yo llevo muchos años lanzando en las entrevistas una idea que veía clarísima y es el hecho de no existe un teatro dedicado al flamenco. Igual que géneros importantísimos como la ópera, la música clásica o el teatro clásico tienen un espacio propio de expresión, con permanencia en temporada, programación exclusiva, etc., el flamenco no lo tiene.

P- La casa del flamenco.
R- El flamenco necesita un espacio estable, una casa donde todos los flamencos podamos ir a bailar o a ver, y que cualquier expresión del flamenco tenga un lugar para expresarse; con una visión abierta a cualquier diálogo con otras artes, a cualquier posibilidad que tenga de repercusión con las nuevas tecnologías... no que se quede en los 900 espectadores que ven un espectáculo, sino que llegue a más gente. Que tenga una perpetuidad gracias a las nuevas tecnologías.

P- ¿Y es viable ese proyecto?
R- A fuerza de decirlo me han escuchado, han coincidido factores que ayudan a que exista la posibilidad de ponerlo en marcha, en Sevilla ha interesado a la Consejería de Cultura, y también al mundo empresarial porque es un proyecto muy grande, hay que construir un edificio emblemático, en un lugar maravilloso que está entre la Maestranza y el Lope de Vega, y forma parte de la Torre de Plata, que es un espacio histórico.

P- Habrá que buscar muchísimo apoyo público y privado...
R- Hay que buscar qué parte del mundo empresarial está interesado en invertir en algo que tiene un sentido cultural y artístico, no meramente comercial, aunque sea también importante porque tiene que ser rentable, eso lo tenemos claro; y hemos coincidido los sectores artístico, empresarial e institucional y estamos haciendo un proyecto que, por la marcha que lleva, creo que se va a llevar a cabo. Hay buena sintonía, interés, claridad absoluta y sabemos las bases que tenemos y lo que queremos hacer, va para adelante, pero va para largo. Yo estoy entusiasmada, se presentó en Sevilla y todo el mundo está contento, es una buena noticia.

P- Está bien que los artistas con cierto nombre reivindiquen por el bien común de la profesión.
R- Esto es un proceso de años dándole vueltas pero que no se confunda nadie, porque eso sí que tiene que estar claro, no es el teatro de María Pagés, la idea puede ser mía, pero es un teatro para el flamenco y así lo siento, aquí tienen cabida todos los quieran decir algo bien dicho sobre el flamenco, que lo sepan mis compañeros. Este es un teatro para todos y creo que el flamenco lo tiene que tener. ¿Que yo he lanzado la primera piedra?... pues me alegro porque la están recogiendo, pero creo que debe ser un trabajo de acogida, más que de exclusión, donde debemos estar todos... ¡Y te voy a soltar otra!

P- Pues adelante suelta, suelta.
R- Tampoco hay un teatro para la danza y es para tirarse de los pelos. Ahora dirán que quiero hacer teatros por todos los sitios pero es que hay cosas que son fundamentales, necesarias y obligatorias. Con lo que es la danza en España, con todo lo que hay, con toda la riqueza que no le damos la importancia que debemos, porque parece que como lo tenemos de forma natural, ahí va sobreviviendo. No hay un espacio público en España dedicado sólo a la danza, y me refiero a Madrid, siempre se compagina con otras cosas... Debe haber un teatro para toda la danza. Seamos serios, vamos a apostar, hay que empujar; a nivel privado hay gente que hace esfuerzos porque la danza esté presente, pero institucionalmente deberían ser más decididos, y creo que todos los profesionales pensamos igual.

P- ¡Cuánto bien le hace a los profesionales tener un techo!
R- Yo lo sé por mi propia experiencia, siendo compañía residente tienes tu escenario para ver, para equivocarte, para corregir... en la vida no todo siempre funciona, no todas tus ideas son válidas y tienes que tener esa posibilidad de probar. Yo siento el bien que me ha hecho a mí y a mi gente ese teatro. Si vivo un momento mágico es porque la gente está en mi compañía porque le gusta bailar, hay armonía y coherencia, y eso es fruto de tener una sede, es algo fundamental en un proyecto. Yo quería una compañía real, estable, y para eso tiene que tener un techo. Y con la danza pasa lo mismo, tiene que tener su espacio, no puede ser que parezca que programando danza nos hacen un favor, cuando es lo normal, podemos llenar un teatro... lo que pasa es que hay que ser constantes, crear y educar al público, insistir, apostar y emocionar, pero la danza de calidad funciona.


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