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Entrevista a Luque Tagua. Programador de La Fundición y los festivales `Dantzaldia´ y `Lekuz Leku´
"El programador debe generar puentes entre creadores y público."
El festival Dantzaldia, encuentro con la danza nacional e internacional celebrado en Bilbao, cumple su décima edición y cambia de fecha. Celebrado habitualmente en el mes de diciembre, en 2009 se desarrollará entre el 19 de abril y el 31 de mayo. Se trata de una iniciativa de La Fundición, espacio para la difusión, la formación, la creación y la información de la danza, que viene funcionando desde 1986, y que además de ofrecer una programación contínua también genera Lekuz Leku, Ciudad Danza-Vídeo. De todo ello nos habla Luque Tagua, su programador.
Por: www.danza.es
Luque Tagua
Por: www.danza.es
Luque Tagua
P- ¿Cómo resumiría estos diez años de festival?
R- La danza y sus procesos en el contexto de la creación contemporánea, ofrece un panorama amplio de propuestas vivas , inquietantes, sorprendentes ... del que Dantzaldia quiere hacerse eco. El festival Dantzaldia está marcado por una programación de riesgo. En cada edición pretendemos ofrecer al público de Bilbao una información sobre movimientos y tendencias en un formato medio- grande. Y por el festival ha pasado compañías que no son habituales en los escenarios de Euskadi o que era la primera vez que venían a actuar a España. Todo esto y en una situación geográfica “periférica”, con respecto a los núcleos fuertes del Estado, ha marcado pautas de trabajo que han hecho, primero deseable y luego necesario (por imprescindible) los contactos para establecer puentes con otras organizaciones y estructuras, nacionales e internacionales que posibiliten la programación que se ha ido haciendo en estos diez años.
P- ¿Y qué destacaría del perfil del Dantzaldia?
R- La internacionalidad. Se trata de un espacio para la reflexión, la investigación, la comunicación; de tender puentes para la colaboración institucional, el fomento de la creación y la visibilidad de los creadores. También se presenta como un espacio de referencia para los profesionales locales y su relación con otras propuestas poco habituales en la ciudad. Y tiene un público cada vez más numeroso y estregado a las propuestas que el festival ofrece.
P- Esta próxima edición se celebrará entre abril y mayo, en lugar del mes de diciembre como ha sido habitual, ¿por qué?
R- Las distintas programaciones que hay en la ciudad, junto con la ocupación que tiene en el último trimestre del año el Palacio Euskalduna Jauregia, hacen muy difícil que se puedan encontrar más fechas para el propio festival. Próximamente se abren nuevos espacios en la ciudad y la tendencia es que el Dantzaldia pueda ocupar otros escenarios con formatos distintos para dar cabida a líneas de trabajo que en estos momentos no se pueden presentar.
P- ¿Habrá algún cambio más, destacable, aparte del cambio de fecha?
R- El festival va ampliando sus propuestas y se pretende superar la exclusiva presentación, que al mismo tiempo contacte con el público en sus diferentes facetas, que aporte más información técnica y de proceso para los profesionales locales, que suponga un lugar para el pensamiento/reflexión sobre lo contemporáneo y que sirva como plataforma de oportunidades para nuevas creaciones. Todo esto, con una especial atención a los profesiones que desarrollan sus activad en el País Vasco, y a todos aquellos que trabajando fuera siguen vinculados. Queremos mantener los objetivos y seguir trabajando en la cadena de valores, desde la investigación, sensibilización o la formación.
Pierre Rigal en marzo en La Fundición
P- A la hora de diseñar la programación del Dantzaldia, ¿cuáles son los parámetros que tiene en cuenta?
R- Dónde están los límites... No may límites. El cuerpo expresado, el pensamiento en movimiento, la investigación formal, la narrativa a través del cuerpo, la realidad del entorno, la investigación técnica, los otros lenguajes: visuales, sonoros, la relación cuerpo-música, la danza y el cuerpo social, la puesta en escena, representación o presencia, improvisación o pautas marcadas... Existe un abanico de tendencias y estilos tan amplio como todas las preguntas que se plantean los creadores y las soluciones que dan a su planteamiento. Son trabajos distintos que reflejan maneras de ver el entorno que nos rodea desde la óptica personal del creador y con las que podemos dejarnos ir de la mano de estas propuestas. Finalmente siempre nos quedamos con piezas que nos generen una cierta “emoción”. La danza sigue dando mucho que hablar porque da mucho que pensar.
P- Usted también es programador de La Fundición, ¿qué tipo de propuesta pueden verse en este espacio escénico?
R- La implicación es la misma que en el Dantzaldia, lo que cambia es el marco donde se presenta. La Fundición tiene una capacidad para 80 personas y prácticamente han pasados todos los creadores de danza del Estado en esto años: desde compañías históricas a las de última generación, otorgándose mayor protagonismo a la reflexión. Con especial atención para todos aquellos trabajos que no tienen una distribución habitual en los teatros de Euskadi. La Fundición sigue siendo, después de los años, una puerta de entrada para estos proyectos.
P- Desde su experiencia, ¿cuáles son los principales inconvenientes con los que se encuentra un programador?
R- No me siento “de profesión programador”. Entiendo que entre todos formamos la comunidad de la danza. Cada uno hace una función imprescindible, y el buen entendimiento y la voluntad de trabajar juntos, hace que los proyectos encuentren sus cauces. Una programación tiene que ser un “proyecto artístico concreto” y no una lista de nombres que llenan un programa. Cada “programador-programa” conoce la realidad en la que se mueve. Ciertas propuestas no dejan de tener sus dificultades para ser presentadas, si no hay un convencimiento a la hora de apostar por la visibilidad de ciertos trabajos. Entiendo que una parte de la función del programador es la de generar puentes entre creadores y público.
P- ¿Y las satisfacciones?
R- Saber que hay propuestas que hemos ido presentando en Bilbao a lo largo de distintos programas y que forman parte del imaginario del público. Público cada vez más exigente con la programación que se presenta.
P- ¿Qué momento cree que está viviendo la creación dancística actualmente en nuestro país?
R- Hay un cierto desencanto general o cansancio. “Ni contigo, ni sin ti”.... ¿Para qué seguir produciendo trabajos que luego tienen muy pocos “bolos”? Son pocas las compañías que pueden tener una vida laboral regular y esto dificulta enormemente su permanencia y, como consecuencia, su desarrollo artístico. Y todas las cuestiones de voluntad política, en cuanto a apoyo al sector etc, no termina de materializarse en planes concretos. Las compañías tienen una vida profesional complicada. Y la creación dancística actual sufre de esa falta de marcos claros donde desarrollarse.
Fabrice Lamber en abril en La Fundición
P- Y desde su punto de vista ¿existen requisitos que deba cumplir una compañía o creador para que sus propuestas resulten programables?
R- Cada propuesta puede encontrar su marco adecuado, de ahí la importancia del trabajo de concreción común ¿Qué propuesta tengo como artista, hacia dónde la dirijo? Y por otro lado, desde el punto de vista del programador, ¿qué proyecto artístico tengo como programador y donde encaja la propuesta? El punto en común, entre las dos cuestiones, hace posible la programación. La voluntad de entendimiento y la generosidad por ambas partes, hace posible que la danza, en sus distintas formas, se encuentre con el público.
www.lafundicion.org
R- La danza y sus procesos en el contexto de la creación contemporánea, ofrece un panorama amplio de propuestas vivas , inquietantes, sorprendentes ... del que Dantzaldia quiere hacerse eco. El festival Dantzaldia está marcado por una programación de riesgo. En cada edición pretendemos ofrecer al público de Bilbao una información sobre movimientos y tendencias en un formato medio- grande. Y por el festival ha pasado compañías que no son habituales en los escenarios de Euskadi o que era la primera vez que venían a actuar a España. Todo esto y en una situación geográfica “periférica”, con respecto a los núcleos fuertes del Estado, ha marcado pautas de trabajo que han hecho, primero deseable y luego necesario (por imprescindible) los contactos para establecer puentes con otras organizaciones y estructuras, nacionales e internacionales que posibiliten la programación que se ha ido haciendo en estos diez años.
P- ¿Y qué destacaría del perfil del Dantzaldia?
R- La internacionalidad. Se trata de un espacio para la reflexión, la investigación, la comunicación; de tender puentes para la colaboración institucional, el fomento de la creación y la visibilidad de los creadores. También se presenta como un espacio de referencia para los profesionales locales y su relación con otras propuestas poco habituales en la ciudad. Y tiene un público cada vez más numeroso y estregado a las propuestas que el festival ofrece.
P- Esta próxima edición se celebrará entre abril y mayo, en lugar del mes de diciembre como ha sido habitual, ¿por qué?
R- Las distintas programaciones que hay en la ciudad, junto con la ocupación que tiene en el último trimestre del año el Palacio Euskalduna Jauregia, hacen muy difícil que se puedan encontrar más fechas para el propio festival. Próximamente se abren nuevos espacios en la ciudad y la tendencia es que el Dantzaldia pueda ocupar otros escenarios con formatos distintos para dar cabida a líneas de trabajo que en estos momentos no se pueden presentar.
P- ¿Habrá algún cambio más, destacable, aparte del cambio de fecha?
R- El festival va ampliando sus propuestas y se pretende superar la exclusiva presentación, que al mismo tiempo contacte con el público en sus diferentes facetas, que aporte más información técnica y de proceso para los profesionales locales, que suponga un lugar para el pensamiento/reflexión sobre lo contemporáneo y que sirva como plataforma de oportunidades para nuevas creaciones. Todo esto, con una especial atención a los profesiones que desarrollan sus activad en el País Vasco, y a todos aquellos que trabajando fuera siguen vinculados. Queremos mantener los objetivos y seguir trabajando en la cadena de valores, desde la investigación, sensibilización o la formación.
Pierre Rigal en marzo en La Fundición
P- A la hora de diseñar la programación del Dantzaldia, ¿cuáles son los parámetros que tiene en cuenta?
R- Dónde están los límites... No may límites. El cuerpo expresado, el pensamiento en movimiento, la investigación formal, la narrativa a través del cuerpo, la realidad del entorno, la investigación técnica, los otros lenguajes: visuales, sonoros, la relación cuerpo-música, la danza y el cuerpo social, la puesta en escena, representación o presencia, improvisación o pautas marcadas... Existe un abanico de tendencias y estilos tan amplio como todas las preguntas que se plantean los creadores y las soluciones que dan a su planteamiento. Son trabajos distintos que reflejan maneras de ver el entorno que nos rodea desde la óptica personal del creador y con las que podemos dejarnos ir de la mano de estas propuestas. Finalmente siempre nos quedamos con piezas que nos generen una cierta “emoción”. La danza sigue dando mucho que hablar porque da mucho que pensar.
P- Usted también es programador de La Fundición, ¿qué tipo de propuesta pueden verse en este espacio escénico?
R- La implicación es la misma que en el Dantzaldia, lo que cambia es el marco donde se presenta. La Fundición tiene una capacidad para 80 personas y prácticamente han pasados todos los creadores de danza del Estado en esto años: desde compañías históricas a las de última generación, otorgándose mayor protagonismo a la reflexión. Con especial atención para todos aquellos trabajos que no tienen una distribución habitual en los teatros de Euskadi. La Fundición sigue siendo, después de los años, una puerta de entrada para estos proyectos.
P- Desde su experiencia, ¿cuáles son los principales inconvenientes con los que se encuentra un programador?
R- No me siento “de profesión programador”. Entiendo que entre todos formamos la comunidad de la danza. Cada uno hace una función imprescindible, y el buen entendimiento y la voluntad de trabajar juntos, hace que los proyectos encuentren sus cauces. Una programación tiene que ser un “proyecto artístico concreto” y no una lista de nombres que llenan un programa. Cada “programador-programa” conoce la realidad en la que se mueve. Ciertas propuestas no dejan de tener sus dificultades para ser presentadas, si no hay un convencimiento a la hora de apostar por la visibilidad de ciertos trabajos. Entiendo que una parte de la función del programador es la de generar puentes entre creadores y público.
P- ¿Y las satisfacciones?
R- Saber que hay propuestas que hemos ido presentando en Bilbao a lo largo de distintos programas y que forman parte del imaginario del público. Público cada vez más exigente con la programación que se presenta.
P- ¿Qué momento cree que está viviendo la creación dancística actualmente en nuestro país?
R- Hay un cierto desencanto general o cansancio. “Ni contigo, ni sin ti”.... ¿Para qué seguir produciendo trabajos que luego tienen muy pocos “bolos”? Son pocas las compañías que pueden tener una vida laboral regular y esto dificulta enormemente su permanencia y, como consecuencia, su desarrollo artístico. Y todas las cuestiones de voluntad política, en cuanto a apoyo al sector etc, no termina de materializarse en planes concretos. Las compañías tienen una vida profesional complicada. Y la creación dancística actual sufre de esa falta de marcos claros donde desarrollarse.
Fabrice Lamber en abril en La Fundición
P- Y desde su punto de vista ¿existen requisitos que deba cumplir una compañía o creador para que sus propuestas resulten programables?
R- Cada propuesta puede encontrar su marco adecuado, de ahí la importancia del trabajo de concreción común ¿Qué propuesta tengo como artista, hacia dónde la dirijo? Y por otro lado, desde el punto de vista del programador, ¿qué proyecto artístico tengo como programador y donde encaja la propuesta? El punto en común, entre las dos cuestiones, hace posible la programación. La voluntad de entendimiento y la generosidad por ambas partes, hace posible que la danza, en sus distintas formas, se encuentre con el público.
www.lafundicion.org