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El duende en el arte
Por Carlos Pérez de la Morena
El año 1933, en el marco de la Residencia de Estudiantes, Federico García Lorca pronunció la conferencia Juego y Teoría del Duende, un hito en la investigación y divulgación del arte de raíz popular. El escritor se manifiesta como el representante más destacado de una generación de jóvenes intelectuales, vinculados con la cultura popular.
El espacio escogido para la disertación, acogió desde 1918 a 1928 los años de formación académica de Lorca. El espíritu de la Institución, fundamentado en la libertad creativa, marcaría su obra posterior. El tema escogido, el Duende, supone una mirada introspectiva a la creación artística, ejemplificada en el flamenco. El guitarrista, el cantaor o la bailaora, poseídos por el duende, sienten una fuerza que les agita y desgarra desde sus entrañas. Se manifiesta en forma de quejío emitido por un rostro marcado por el dolor. El cuerpo se retuerce y gira en el braceo o estremece el suelo con el seco taconeo. Un torrente de misterio, sufrimiento y muerte envuelve al espectador, despertando al duende que lleva dentro. El resultado final es una catarsis liberadora.
La conferencia, se inscribe en una etapa de la sociedad española, de fecunda colaboración entre músicos, escenógrafos, escritores, pintores y directores cinematográficos, con las principales figuras del flamenco y la danza española. En 1912, Pablo Picasso, realiza una serie pictórica sobre la guitarra española. En 1915 se estrena el Amor Brujo, con música de Manuel de Falla, bailado respectivamente por Pastora Imperio, La Argentina y La Argentinita. En 1916, Falla compone el Sombrero de Tres Picos, interpretado por el bailaor Félix el Loco. Enrique Granados, en 1919 termina su obra Goyescas. Destaca en la misma la Danza de Los Ojos Verdes, interpretada por La Argentina. En 1922, Manuel de Falla y Lorca inician el Concurso de Cante Jondo de Granada, manteniéndose en la actualidad. 1927 asiste al acto fundacional de la Generación del 27, armonía perfecta entre tradición, novedad, popular y vanguardia. En 1932, coincidiendo con la muerte de la bailarina Ana Pavlova, se organiza en Berlín homenajes en su honor. Es invitado Vicente Escudero, representante de la imbricación entre baile flamenco y vanguardia. En ese mismo año fecundo, La Argentinita y Federico García Lorca graban un disco dedicado a canciones populares españolas. En 1935 se proyecta la película la hija de Juan Simón, protagonizada por la bailaora Carmen Amaya, dirigida por José Luís Sáez de Heredia y producida por Luis Buñuel. El 18 de julio de 1936, el duende se viste de negro, enmudece su voz y derrama dos lágrimas negras, una por Federico y otra por Encarnación López Julve (La Argentina). El telón se cierra sobre un País desangrado.
El tiempo nos ha envuelto con la seguridad aparente del olvido. Nos movemos por la aldea global, enfundados en un traje gris. No obstante, querido lector, si en tu ajetreo diario escuchas una voz arrancarse por solea, detente, una fuerza antigua, oscura y racial se removerá en tu interior. El toque de la guitarra, lanzará un pellizco a tu corazón y un regalo a tu sensibilidad dormida. Por último, el palmeo y el sonido del cajón, romperán los moldes de tu cuerpo moviéndolo con la elegancia y apostura propia de un príncipe gitano o una señora. En ese momento te reencontrarás con la esencia del pueblo al cual perteneces y la manifestación genuina que nos identifica: el duende.
Carlos Pérez de la Morena