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`Como un camaleón´. Hans-Werner Klohe
Publicado en Susy-Q, Revista de Danza. Núm. 6
Como un camaleón
A este creador de Berlín dedica el festival Escena Contemporánea su ciclo Perfil, que permitirá ver en pocos días tres de sus trabajos, en los que indaga en la naturaleza humana y en los que inequívocamente contamina su danza con otras artes.
Por Omar Khan
Aún cuando Comme un caméléon sur le lit blanc (2002) es un solo de danza, es el sonido el que reclama protagonismo. El creador alemán de 36 años Hans-Werner Klohe y su bailarina Lea Helmstädter coleccionaron por un tiempo los sonidos de sus vidas. Ollas en la cocina y pasos al bajar las escaleras, coches en la calle y campanas en la iglesia, unas extrañas ranas húngaras y zumbidos de abejas de La Provence, una radio en un camping, un claxon en una esquina… eran al unísono trozos de su andar cotidiano, recuerdos de viajes juntos, evocaciones de momentos pasados y forzados deja vú, experiencias humanas en definitiva. “Tengo un enorme interés y curiosidad por la naturaleza humana”, declara muy convencido el coreógrafo berlinés.
Klohe es hombre de danza, sin duda. Formó parte de Introdans, en Holanda, giró con Adventures in Motion Pictures bailando Swan Lake, del británico Matthew Bourne, todo un show de ballet, y estuvo con la alemana Sasha Waltz. “Creo que ninguno de ellos tuvo un verdadero impacto o influencia en mi trabajo posterior como coreógrafo. Digamos que en estilo somos muy diferentes pero fue fantástico trabajar con estas compañías y tan diferentes coreógrafos, una gran experiencia en lo personal. Desde luego, supongo que hay ideas y aspectos de ellos que yo me he traído en mi propio cuerpo, que brillen en mi trabajo, pero no como una influencia”. Inició luego andadura en solitario y su trabajo se erige claramente desde la danza pero al mismo tiempo tiene curiosidad por husmear en otras artes y tendencia a pensar que no hay barreras. Músicos, gente de ópera incluida, artistas visuales, diseñadores… todos llegan a ser partícipes de su trabajo y a veces le da por pensar que en sí mismo, este diálogo entre creadores es la esencia y fin último de lo que hace.
“Soy curioso y siempre quiero encontrar la manera de conectar con distintas formas del arte. La danza, el movimiento, permanece siempre como el centro de mi trabajo pero algunas veces me gusta incluso explorar el cuerpo no desde la perspectiva del lenguaje de la danza sino desde lo que podríamos llamar el movimiento del lenguaje, desde textos, artes visuales, diseños, vídeos… No obstante cada obra tiene un tema”. Su tendencia multidiscplinar parece incorregible. Admite que cuando inició el proceso de su reciente Kinemorph (2006) lo que buscaba era una pieza que se centrara solamente en la danza pero de pronto la vio enmarcada y definida por la arquitectura. “Trabajamos en diferentes espacios, la primera parte en un castillo barroco cerca de Stuttgart y la segunda, en un edificio muy moderno. Eso definió la propuesta, el espacio pasó a ser fundamental”.
El hombre del perfil
A Hans Werner-Klohe le gusta España. Para Kinemorph convocó a la bailarina española Verónica Cendoya, de la que habla maravillas. “Ha traído color, es un balance. Yo tengo mi muy alemana y correcta manera de trabajar y ella es muy española, llega tarde a los ensayos y siempre nos reímos mucho”. Al madrileño festival Escena Contemporánea vino en 2005 con Risse (2003) y ahora volverá al mismo evento, esta vez como el protagonista del ciclo Perfil, con tres de sus trabajos: el solo Comme un caméléon…, extractos de Kinemorph y Hugo Wolf Projekt (2005), su primera aproximación a la música clásica, una indagación en el mundo interior del compositor alemán de lied. “No lo llamaría una retrospectiva. Retro significa mirar atrás y eso no es una verdad aplicable a este programa. Para mí Hugo Wolf Projekt es todavía presente y los extractos de Kinemorph sólo dan una aproximación, un aroma, de lo que es la pieza en su totalidad. Además, pienso que soy aún demasiado joven para retrospectivas. Estoy buscando mi papel y mi lugar en el paisaje de la danza, definiendo mi lenguaje”.
Vive y trabaja en Berlín, ciudad que ama y que odia pero que considera su hogar. Allí sufre los mismos problemas que padecen los artistas independientes de Barcelona, Hong Kong o Bogotá. “Nunca sé realmente qué pasará después del proyecto en el que trabajo actualmente. Económicamente todo es muy inestable y echo de menos la continuidad del trabajo”. Pero probablemente no podría vivir sin hacerlo. “Antes de ser bailarín estuve pintando. Me decidí por la danza y entonces bailé frenéticamente con muchas y muy diferentes compañías intentando que mi cuerpo aprendiera tantos lenguajes de danza como le fuera posible. Ahora hago coreografías pero la realidad es no encuentro demasiada diferencia entre las artes, creo que todas pertenecen a un mismo lugar”.
Comme un caméléon sur le lit blanc y extractos de Kinemorph (Teatro Pradillo, del 20 al 22 de febrero); Hugo Wolf Projekt (La Casa Encendida, del 23 al 25 de febrero).