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Significativa figura de la danza, a la que ha dedicado su vida como bailarín primero, y coreógrafo, profesor y maestro después, Miguel Navarro contiene una firme y ecléctica trayectoria forjada dentro y fuera del país, con grandes y destacados nombres de este arte. Formado en danza clásica y española, comienza su actividad profesional en Barcelona como bailarín del Ballet de Juan de Tena, interpretando diferentes roles del repertorio clásico. Tras la desaparición de esta compañía, se decantó Navarro por la danza española, y trabajó en agrupaciones como El Gran Teatre del Liceu y la compañía de Mariemma, en la que Miguel Navarro bailó en calidad de primer bailarín. Más tarde vino el salto internacional y el Teatro de Burdeos donde el bailarín acudió en calidad de estrella. Una salida de nuestro país que duraría veinte años y en los que Navarro trabajó con reputadas formaciones y creadores. El Ballet de la Juventudes Musicales Francesas dirigido por Pierre Lacotte, el Ballet de Zurich, el Teatro Massimo y el Ballet de Wallonie, algunas de ellas. Tras su regreso a España, ya retirado de la interpretación pero dedicado a la coreografía, enseñanza y dirección, Miguel Navarro se instala en las islas Canarias y crea los Ballets de Tenerife. Actualmente sigue dirigiendo esta compañía.