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Cesc Gelabert. El fútbol hecho danza
Por Miguel Gutiérrez, en footballcitizens.com, 19 de marzo de 2013
Las manifestaciones culturales, deportivas y artísticas siempre han dejado personajes que destacan más que el resto, cracks, ya sea en la danza, el fútbol o cualquier arte. Esta clase de personajes fijan una especie de listón bastante alto para los demás. Una referencia de talento, trayectoria y calidad que suelen marcar tendencias o épocas.
En la danza española, Cesc Gelabert es uno de los grandes referentes contemporáneos. Nacido en Barcelona a mediados del siglo pasado, ha compaginado sus dos grandes pasiones, el baile y el fútbol, hasta que su vida profesional lo ha permitido. A través de los años, aparte de revolucionar continuamente la danza, se ha preocupado por llenar de reflexiones las semejanzas entre la danza y el deporte rey.
VIDA Y TRAYECTORIA
Bailarín, coreógrafo y director artístico, empezó sus estudios de danza en 1969 con Anna Maleras, prestigiosa pedagoga y pieza fundamental en el progreso de la danza contemporánea y el jazz en España. Fue en 1971 cuando Gelabert comenzó sus estudios de arquitectura, época en la que su rutina se dividía en tres grandes bloques: las clases universitarias, la danza y su equipo de fútbol. Equipo en el que, como buen coreógrafo, portaba el brazalete de capitán.
Una decisión importante en su vida fue sin duda la de marcharse a Nueva York, residió en La Gran Manzana de 1978 a 1980, dos años en los que se encontró a sí mismo y afianzó aún más su personalidad artística. De regreso al viejo continente, empezaron las colaboraciones con Lydia Azzopardi.
“Tiene un estilo de su propiedad. Es como si pudiera moverse en la forma y estilo que quisiera”, afirma Azzopardi sobre Cesc. Lydia es profesora de danza contemporánea y ha impartido numerosos cursos de composición e improvisación en distintas ciudades europeas. Encontró en Gelabert a su pareja artística idónea y es en 1985 cuando crean la compañía de danza Gelabert-Azzopardi con el espectáculo Desfigurat.
Entre los dos, firman e interpretan casi todas las obras corales de la formación y se han convertido en un claro referente de la danza contemporánea en España. La autenticidad de los trabajos creados principalmente por Gelabert ha determinado el sello visionario de la compañía. En más de 20 años, la lista de colaboraciones es tan talentosa como extensa.
Como coreógrafo y solista lo ha caracterizado un lenguaje artístico y estilo muy personal. “Me importa mucho ir a lo sencillo, a lo real, a la emoción, al cráneo”, confirma el catalán aunque no deja de reinventarse. “Siempre me ha impresionado la sólida concepción de su trabajo. Cesc es un hombre que, permanentemente, se está interrogando sobre qué tipo de danza hace, cómo hacerla y por qué. Es un creador de alto voltaje”, asevera Delfin Colomé (compositor y crítico de danza) sobre Gelabert. Este hombre de cabeza rapada es uno de los escasos españoles que figuran en The Concise Oxford Dictionary of Dance.
VISIONARIO Y FUTBOLERO
Abonado del FC Barcelona desde pequeño (número 6.242), ha sido un fiel analista del juego blaugrana cada fin de semana, Francesc siempre ha defendido que la importancia está en los matices que permiten disfrutar cualquier manifestación cultural, ya sea futbol, danza o cualquier arte.
Un artista en el amplio sentido de la palabra y con una cultura futbolística envidiable, ha encontrado entre sus dos pasiones muchas más semejanzas de las que se pudieran creer. “Una coreografía es un pacto secreto entre un coreógrafo y unos bailarines, aunque de algún modo compartes con el público la propuesta coreográfica”, ha declarado Gelabert, lo que es una cuestión perfectamente trasladable al ‘mundillo’ futbolero. El dibujo táctico del entrenador en los partidos. Evidencia que la coreografía es a la danza como la estrategia al fútbol.
No cabe duda de que el público que acude a los estadios y a los grandes teatros difiere bastante, desde el espectáculo que esperan a las formas de mostrar su pasión. Sin embargo los movimientos de los protagonistas no son tan diferentes: “una de las principales cosas en común es el equilibrio supremo sobre una pierna, para conseguir estética en el baile y el tiempo acertado para controlar el balón y dar un buen pase”, reflexiona.
Retornando al equipo de sus amores y sus últimos protagonistas, el catalán considera que, como bailarín, se asemeja a Guardiola en su etapa de jugador y sobre Xavi Hernández comenta que es el “menos bailarín y más coreógrafo de todos los jugadores”. Sobre el futbolista de Terrassa prosigue: “siempre sabe dónde se encuentra y esa es la labor más complicada. En medio de una tarea compleja, la mayoría de jugadores resuelven cuestiones inmediatas, como coger la pelota, girarla y esquivar al defensa, y pierden la perspectiva global. Los grandes no. La perspectiva coreográfica de Xavi hace que en todo momento sea capaz de saber qué está pasando alrededor y para ello ha de saber colocarse”.
“Xavi utiliza a menudo la forma en dehors de la pierna, y con esa apertura va generando el giro a partir de pasos pequeños. Cuando pisa la pelota para pararla se apoya en una sola pierna en attitude”, continúa. A Iniesta lo ve como el más bailarín de todo el conjunto blaugrana, por su forma de mantener la distancia y genial posicionamiento, aunque demuestra su debilidad por la “danza atlética y de anticipación” del capitán Puyol. Todo lo contrario.
Pero no solo analiza y teoriza sobre el fútbol, es consciente del duro momento que vive la cultura, y la danza en concreto, en España. Los duros recortes del gobierno han “acorralado la profesión, cada año es peor”. Está claro que si alguien tiene voz para hablar sobre la profesión en este país es él, solo le gustaría “ser tan famoso como Messi para poder influir con las cosas que digo, y empujar esto hacia un gran cambio”.